¿Y sabes por qué lo hago?
Para que en los momentos donde no este junto a ti, tu piel este condenada a renovar ese amor y te llene en los momentos de soledad.
Yo aquí tu allá, es cierto, son unos cuantos kilómetros que se mueren y se consumen cuando llega el amanecer y estas tu en mi despertar en el sonido de la lluvia ya que ella fue testigo de muchos momentos inolvidables, o que decir de aquellas canciones bailadas…
¿Sabes?
Un día cerré los ojos e imaginaba aquel momento en el cual pudiera besarte y de esa forma describirte lo tanto que te quería, para que me atraparas con tus caricias, con tu mirada y sobretodo con tu forma de amar, una forma de amar exacta, sencilla y que encajara a lo que mis ojos percibieron un día en ti;cuando abrí los ojos ya estabas allí, me tenias entre tus brazos, piel con piel, así, desnudos lo que en verdad éramos y queríamos ser: uno del otro, donde paulatinamente fueron noches enteras amándonos, hablando con miradas y señales que guiaban paso a paso lo que debía suceder… Tus manos que recorrían mi piel quemaban poco a poco el deseo y ardía yo en llamas, hasta terminar exhausto a lo que el destino nos condenaba a hacer.
Eran como viajes, nos encendíamos, calentábamos, acelerábamos, mil por hora y frenábamos, eran miles y miles de kilómetros que recorríamos,